viernes, 8 de febrero de 2008

Los libros regresan editados a su creadores

¡BUENAS NOCHES!

Señora Ministra de Cultura y Juventud María Elena Carballo
Señor Ministro de Educación don Leonardo Garnier
Compañeras y Compañeros del Consejo Directivo de la ECR
Señora Gerente General de la ECR
Amigas Escritoras, amigos Escritores…Poetas
Señoras y Señores:

Acudimos hoy a este Acto formal de entrega de las obras publicadas por la ECR a sus propietarios, mujeres y hombres; jóvenes y adultos costarricenses y extranjeros de mérito especial, con la convicción de haber cumplido una bella y noble tarea encomendada a nosotros por Ustedes, y por la Ley de creación de esta Casa Editorial de nuestro Estado. Nos gusta nombrar este momento de devolución con el símil de cosecha, conscientes de que nuestro trabajo ha consistido en cuidar y acompañar con esmero lo que ustedes sembraron con inspiración, esfuerzo, entrega, sacrificio y abnegación.

Devolvemos a sus creadores y creadoras el fruto editado de las semillas seleccionadas, sabiendo que en esa tarea se concentraron esfuerzo y tesón, y por qué no, la valentía de ofrecerle a la Sociedad el trabajo que se desarrolla durante largas e interminables horas de preocupación y desvelo. Y cuando digo semillas seleccionadas, no me refiero a la inevitable tarea de evaluar las obras presentadas a la ECR para su consideración, sino a ese dilema que enfrentan las y los escritores de cualquier país a la hora de enviar su trabajo a consideración de otros; que teniendo el poder temporal de aceptar o rechazar, saben que ante todo se está ante la obligación de respetar profundamente ese esfuerzo individual, sincero y limpio.

Tenemos hoy una Editorial Costa Rica sólida en sus Principios, es decir, consciente y consolidada en el cumplimiento de su Misión y su Visión; ordenada y conocedora de sus virtudes y de sus debilidades, dirigida por un grupo de personas de excelente calidad humana, con conocimientos y experiencia en el trabajo de leer, escribir, editar, divulgar, enriquecer y organizar la producción literaria. El Consejo Directivo está conformado por personas que conocen no sólo el arduo oficio de escribir, sino, y esto es quizás lo más importante, la relevancia que para la Patria y su Sociedad reviste publicar obras de calidad en los diversos géneros de la literatura. Esto es una garantía y una ventaja para todos, y no sólo para la ECR como empresa estatal.

Hemos logrado superar momentos difíciles con valentía, dedicación y entusiasmo, porque amamos lo que se nos ha encomendado y porque creemos en el significado histórico de la labor que despliega esta Editorial, fundada hace casi medio siglo para el enriquecimiento cultural de nuestro pueblo. Cada una y uno de nosotros ha logrado comprender, que si bien ocupamos un lugar en el Consejo Directivo nombrados por una institución que cree en nuestras posibilidades, nos debemos a las y a los escritores y al público lector en lo fundamental. Es importante para mí, como Presidente del Consejo Directivo, resaltar que nadie entre sus integrantes recalca que representa a esta o aquella organización, sino más bien a la totalidad del mundo literario y lector. En ello estriba hoy el éxito creciente de la Editorial Nacional. Esto implica que estamos comprometidas y comprometidos para continuar esa labor de autoevaluación que deberá situarnos en la primera línea de la producción editorial: selección de las mejores obras, excelentes ediciones, acertada divulgación y mercadeo moderno e insertado dentro de las características del mundo actual. Con estas palabras agradezco y reconozco el trabajo que realizan mis compañeras y compañeros del Consejo, sin cuyos aportes estos logros que hoy presentamos no serían posibles. Y reconozco también el trabajo nuevo que realiza el Personal de la ECR, en todas sus esferas, y aplaudirles ese deseo de manifestar su entrega no sólo en el cumplimiento del Plan Anual Operativo, sino y aún más, en la entrega a las labores más allá de horarios y días de la semana estrictamente laboral. En la medida que todas y todos comprendamos que las paredes que conforman el edificio que nos alberga son transparentes, en esa misma medida sabremos que la luz que adentro se forje, irradiará los caminos de la Patria como lo soñaron los Fundadores de esta Casa. Esta es la mejor manera de agradecerles a ellos y a ellas su visión y su acertada lucha por el engrandecimiento de la cultura costarricense y la educación nacional.

El Consejo Directivo, por mi medio, agradece a todas y a todos los escritores nacionales y extranjeros que pensaron en nuestra Editorial para publicar sus obras; no sólo a quienes hoy tienen la satisfacción de recibirlas, sino también a aquellas y aquellos cuyos trabajos no fueron avalados todavía o fueron descartados para formar parte de nuestro catálogo. Felicitamos a las escritoras y a los escritores que merecieron algunos de los Premios Nacionales en su género, por medio de la obra publicada por la ECR, y también a quienes mereciéndolo, no lo recibieron. Destacamos nuestra congratulación para quienes hoy serán declarados ganadores de los diferentes premios que otorgamos anualmente; así como para quienes han obtenido reconocimientos internacionales gracias a la obra publicada por nosotros.

La Gerencia General se referirá en detalle a la cantidad y a las características de las obras publicadas durante este año que cerramos, tanto en su primera edición como en reediciones o reimpresiones. Ustedes podrán apreciar la belleza y la calidad en las ediciones, mismas que invitan a penetrar en su lectura y deleite.

Para concluir este mensaje retrocedo a su inicio, cuando les hablé de las obras salidas a luz pública como Fruto de las Semillas cosechadas, llamando su atención hacia el peligro que significan para la noble tarea de escribir para los demás, la implementación en nuestro país de leyes funestas que todo lo supeditan al libre mercado; o mejor sea expresado, al mercado neoliberal. Es un craso error creer que la cultura y la educación son nichos para enriquecer exclusivamente el capital de unos cuantos, y a la vez, empobrecer el legítimo derecho de las mayorías trabajadoras a su enriquecimiento espiritual, ético y educativo. Es menester aunar esfuerzos entre las y los creadores de obras literarias para que jamás se llegue a aplicar alguna especie de UNIÓN PARA LAS OBTENCIONES LITERARIAS (UPOL), lo cual por desdicha arrojaría, metafóricamente hablando, productos culturales “transgénicos” que avasallarían el fruto de la creación de las y de los Escritores. Sepamos, por la senda patriótica de los pioneros de la Editorial Costa Rica, defender y salvaguardar nuestro Patrimonio Cultural para el sustento de las presentes y de las futuras generaciones.

Concluyo este mensaje con la ayuda de Dios:

“¡Tu Palabra es una lámpara para mi pie,
y una Luz para mi vereda!”



¡Muchas gracias!

Claudio Monge Pereira

San Isidro de Heredia, 11 de diciembre de 2007-12-11
Casa MONHÉR.

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