sábado, 16 de febrero de 2008

CARMEN LYRA: DAVID DE TODOS LOS TIEMPOS

CARMEN LYRA:
Aportes a la Sociedad Costarricense y a la Educación




Claudio Monge Pereira




De la siguiente manera, mediante una carta personal, el señor Juan Luis Campos, le comunica a don Joaquín García Monge el fallecimiento de Carmen Lyra:
« Murió, Isabel Carvajal, lejos del sufrido pueblo costarricense, pero convencida de que nosotros seguiremos la batalla, agitando la bandera revolucionaria, antiimperialista y popular; de que su ejemplo, su virtud, su corazón nutren nuestras acciones. » (1-50)
Pero no murió, como aseguraban sus compañeros obreros. Ella fue desterrada viva, y así quedó para siempre en el corazón del proletariado costarricense, que la despidió personalmente mediante una pequeña delegación, en el viejo Aeropuerto de la Sabana.
La Historia de la Humanidad nos enseña que solamente los genios y los revolucionarios, que resisten la prueba del tiempo y los acontecimientos, siguen después de muertos, inspirando y organizando a sus compañeros y compañeras. Ellos y ellas continúan, desde la quietud de sus páginas o desde la escena de sus actos, sembrando la inquietud en las mentes y en los corazones de las sociedades. Es desde la inmortalidad de esas acciones que se promueve la terrenalidad de sus ideales. Y por ello es que seguimos hablando de la " Niña Chabela " como si ella estuviera a nuestro lado permanentemente, vigilando lo que hacemos y por quiénes lo hacemos; indicándonos con su dulce y suave voz cuál es el camino de la justicia para todos los seres humanos. Y muy en especial para la infancia costarricense, de la cual ella se erigió por sus obras literarias y su praxis, en madre espiritual y conductora pedagógica
Es una tarea sumamente difícil separar la labor de Carmen Lyra por secciones o áreas de interés, porque la labor de ella, más que la de ningún otro educador de su época, fue una tarea absolutamente integral e integradora. Y esto se debe, principalmente, a su extraordinaria capacidad para comprender y aceptar que la labor pedagógica, es una tarea científica que no se desliga de las otras actividades del ser humano; como por ejemplo, la ideología, la política, el arte, la literatura, la religión, la soberanía o el amor.
Probablemente esto hizo que ella, ya Maestra, disfrazada de muchacho callejero dirigiera la quema del diario oficial de la tiranía de los Tinoco; dando muestra fehaciente de que un educador debe saber, en el justo momento y cuando la Patria lo reclame, cambiar el pupitre que es la trinchera de la ciencia, por cualquier otra actividad que posibilite y garantice que la Patria; seguirá esgrimiendo los libros y los arados en señal de civilización.
No escatimó ningún esfuerzo para fundar una universidad obrera, que abriera las puertas de la academia a la sabiduría obrera y popular; para que ambas se complementaran, demostrando que una escuela separada de la vida real es poco o casi nada lo que puede hacer con éxito.
Sabía a plenitud Carmen Lyra, que la escuela es el fiel reflejo de la sociedad en que ella está inserta y funciona; que todo lo que suceda en esa sociedad afectará negativa o positivamente la labor del educador en el salón de clases; que la desnutrición y las condiciones higiénicas que ostenta el ser humano, son premisas claves para un adecuado desarrollo pedagógico. Que cuando el hogar está destruido por las lacras que se derivan de las enfermedades sociales, el ser humano, más allá de los libros y los recursos didácticos, reclama justicia y espacio para respirar sin contaminaciones. Sabía bien que en la institución educativa se le puede suministrar a la infancia arroz y frijoles hasta en el período de vacaciones; y que se le puede suministrar un uniforme o remendarle el raído, pero sobre todo sabía que se trata de propiciar y promover el cambio de aquellas condiciones estructurales y superestructurales, que eternizan y justifican las diferencias económicas, sociales y culturales entre los seres humanos.
Al respecto, es de suma relevancia escuchar las palabras de su inseparable compañera, Luisa González, Maestra Normalista; luchadora junto con ella en la Escuela Maternal Montessoriana:
« Aquella Escuela Maternal era un oasis de paz, de alegría y de cultura; yo estaba segura que de aquel jardín pedagógico saldrían niños felices y buenos, porque nosotras teníamos en nuestras manos los métodos científicos que aprendiéramos en los libros de María Montessori, de Decroly y de muchos otros pedagogos modernos.
Tales métodos no podían fallar; nosotras conocíamos bien las bases psicológicas para crear en los niños los hábitos de higiene, de disciplina, de estudio y de trabajo; sabíamos estimular en ellos la sensibilidad artística, convencidas del valor que tiene la educación estética desde los primeros años de la infancia. » (2-124/125)
No obstante, agrega doña Luisa posteriormente:
« Los materiales humanos que llegaban a la Maternal eran pobres matitas desmirriadas, agotadas prematuramente, por ese viento ingrato y frío, que sopla implacable sobre tantas vidas inocentes de niños hambrientos y desnutridos.
Las teorías sobre la higiene mental, resbalaban sobre aquellas cabecitas de pelo seco, áspero y sucio; entre las patitas descalzas quedaban enredadas, las teorías y conceptos filosóficos sobre la educación y el papel de la escuela en la sociedad. » (3-124) ...

« Un rictus amargo asomaba a la cara de Carmen Lyra, que un día de tantos, no aguantó más, y ordenó cerrar el piano, al ver las piruetas ridículas y grotescas que hacía la pobre Angelilla tratando de ajustar sus pasos al ritmo de la música de Chopin.

¡ Qué lecciones más vivas y crueles nos daba la vida todos los días en aquella Escuela Maternal, al lado de Carmen Lyra, que nos haría comprender las contradicciones de la pedagogía idealista, frente a las realidades que tercamente despedazaban nuestros planes y nuestros sueños ! » (4-125)

La realidad es la madre de todas las verdades, y es en su conocimiento donde se forja cualquier posible solución a los planes que surgen de los sueños. Y una actitud científica en el tratamiento de los problemas pedagógicos, es lo que a nuestro juicio lleva a comprender, que la más útil de las teorías, es la que se fundamenta en el conocimiento histórico y sociológico del entorno. Por tales motivos, la labor pedagógica que no se vea respaldada por un estudio de la realidad, sólo puede conducirnos a frustraciones; situación que de hecho genera la deserción de magníficos prospectos en el campo de la educación.

« Eminentes sociólogos, higienistas, médicos pediatras, educadores, escritores y políticos nacionales y extranjeros, discutían por la prensa y daban conferencias sobre los graves problemas de la educación nacional, sobre el aumento de las cifras de la prostitución, sobre las desnutrición del pueblo, etc.,etc. Ninguna de esas grandes personalidades se atrevía a poner el dedo en la llaga. Solamente Carmen Lyra, con su ironía lacerante, levantaba ampollas entre los círculos de intelectuales y politiqueros que fruncían la nariz ante las denuncias de su pluma magistral. » señala doña Luisa (6-126). Y continúa:

« Los brillantes planteamientos que hacía Omar Dengo sobre los problemas de la cultura y el desarrollo de la personalidad humana, seguían apasionando mi criterio de maestra idealista, que creía tener en mis manos el don milagroso para modelar las almas, y hasta el destino de los niños que llegaban a mi escuela. » (7-127)
El criterio esbozado anteriormente por doña Luisa, nos indica que el educador siempre guarda una esperanza, y en el fondo de su alma cree, ilusoriamente, que podrá resolver problemas que son de incumbencia de toda la sociedad en su conjunto; y cuya resolución dependerá de la capacidad que tengan los poseedores de los medios de producción para cesar su explotación; o de la capacidad de las fuerzas trabajadoras para organizar y ejecutar su liberación. La misma Luisa González lo relata acertadamente:

« Como un matapalo, se enredaban en la Escuela Maternal el escepticismo y la desesperanza; nuestro trabajo era como pegar parches aquí y allá en tela vieja y deshilachada; como echar agua en un canasto, decía Carmen Lyra...» (8-128)

« No podíamos huir de los problemas, ni tampoco debíamos fosilizarnos dentro de la rutina absurda y fácil de la pedagogía oficial, para acumular tranquilas los años que nos asegurarían una buena pensión.
Un fermento ácido corroía nuestras conciencias restando alegría y entusiasmo a nuestra labor educativa, tan sin perspectivas, tan desajustada del ambiente social.
Sentíamos el fracaso de nuestros planes, y no veíamos las causas que originaban los problemas que sufrían aquellos niños de la Maternal.
Nos debatíamos todos los días en aquel mar de contradicciones, sintiéndonos siempre incapaces de resolver radicalmente los graves problemas económicos y sociales que teníamos frente a nosotras.» (9-129)

Ninguno de nosotros, en su sano juicio, podría negar que exactamente los problemas señalados por doña Luisa González, son los mismos que hoy, setenta años después de creada la Escuela Maternal, aquejan a enormes sectores que asisten en estado de sobrevivencia a las escuelas costarricenses . Miles de compatriotas desnutridos o mal comidos, mal vestidos y peor calzados, sin útiles escolares, con todos sus sueños frustrados o por frustrarse, atiborran las escuelas del país.
Y es precisamente de una situación de tal envergadura, de donde surge la gran conclusión de la Niña Chabela:

« ¡ Al diablo la pedagogía ! ¡ A la porra esta caricatura, esta farsa de educación !, al ver que como espuma, resbalaban las buenas intenciones, sobre la trágica realidad que vivían diariamente esos pobres chiquillos de la Maternal...
Puso en evidencia, con gran sentido irónico y crítico, las fantasías y la farsa de la pedagogía oficial burlándose mil veces de ese "niño hipotético", prefabricado, que inventan muchos pedagogos ilusos que viven en las nubes, esperando que la cultura, por si sola, haga el milagro de terminar con el más negro de todos los crímenes del mundo: el hambre y la explotación de los niños. » (10-130)

Pedagogía sin realidad, es material solamente para alimentar utopías sin esperanza; por tal motivo, es perfectamente comprensible que la fundadora de la Educación Preescolar Pública Costarricense, llegara con sus compañeras de proyecto a las anteriores aseveraciones.
La educación cumple, en cualquier sociedad, una serie de funciones que le asignan un papel reproductor del sistema; por tal motivo no basta con llegar a ella cargado de buenas intenciones y sueños. Es necesario, como Carmen Lyra, estudiar las causas que originan el sistema de explotación de los seres humanos, para poder plantear soluciones acordes con las posibilidades de la educación y sus limitaciones.
Recordemos que el espíritu que prevalecía en el proyecto pedagógico de la primera mitad de siglo, con algunos intervalos, estaba más ligado a los aspectos sociales de la educación que a los técnicos. Interesaba el hombre integralmente y no solo como un hipotético receptor de conocimientos, las más de la veces, abstractos. Era el Ser Humano inserto en el mundo real el que llamaba la atención de maestros como Joaquín García Monge, Omar Dengo y otros, que ligaban la educación a un proyecto de sociedad humanista y justo.
Podríamos asegurar, que entre los aportes más significativos realizados por Carmen Lyra a la educación costarricense, se pueden señalar los siguientes:

1) Fundación de la Educación Preescolar Pública Costarricense.

Esto marca un hito histórico, no sólo porque Costa Rica se pone a la vanguardia en la región al lado de países más avanzados que el nuestro, sino porque establece con ello las bases que han servido en otras latitudes para fortalecer y engrandecer, los principios democráticos que sustentan la formación de sociedades más equitativas. Vislumbraba Carmen Lyra, que es allí donde se comienza a fraguar la formación de ciudadanos para construir una Patria digna.
Entre las ideas que impulsó fue la creación de casas cuna (Kinder) atendidas por maestras de profesión. Esto demuestra una visión futurista, ya que evidencia una acción concreta para que miles de mujeres salieran de su “papel” de esposas amas de casa para que se incorporan al mercado laboral costarricense . Por ello en 1924, se establece la atención al niño pequeño como una obligación del Estado .

2) Incorporación a la educación preescolar del factor científico, en cuanto este permite ligar la educación con la realidad y con el Proyecto Nacional de Desarrollo.

Cómo negar que esto elimina el mito de que la educación inicial debe ser pueril o superficial; que no necesita de elementos planificadores y estructurales para organizar estos procesos partiendo de un profundo conocimiento sociológico, histórico, filosófico, psicológico y cultural. El niño y la niña no son “personitas” manipulables con un sellito o un cromito; son seres humanos integrales, con necesidades sociales, psicológicas, biológicas o culturales reales y concretas. Se debe conocer el Proyecto Nacional, escudriñar qué tipo de sociedad y qué tipo de Ser Humano persigue formar, porque si esto no se conoce, nuestra labor pedagógica es incierta y acomodaticia; y será de gran provecho para quienes ven en el poder el medio para domesticar y no para formar.
Cuenta Margarita Castro que Carmen Lyra, antes de abrir la Escuela Maternal Montesoriana, las obligó a Luisa González y a ella a leer mucha literatura sobre educación preescolar, y les explicó la importancia de la labor que iban a desarrollar, además tenían que realizar una investigación sociológica de los alumnos, para lo que les dio cuestionarios que debían llenar con los datos socio - ambientales de cada niño.
De esta forma se enteraron que muchos de los niños que iban a ingresar no tenían comida, en sus casas no había ventanas, dormían en petates o en tablas, no había baños ni servicios sanitarios, se bañaban en los ríos o en las acequias; muchos nunca habían tomado leche y jamás habían utilizado un cepillo de dientes.
Aseguraba Carmen Lyra:

“Deben desarrollarse los conceptos con bases científicas; donde en realidad se sepa el cómo y por qué de las situaciones que constantemente se presentan en nuestra vida...”

3) Introducción y aplicación del concepto de comedor escolar, no como quitahambres, sino como parte de una formación integral que incluye hábitos alimentarios e higiénicos; además de la incorporación de la Nutrición como aliada de la Pedagogía.

Para Carmen Lyra estaba muy claro el precepto aquel de mente sana en cuerpo sano. Un desarrollo normal de las capacidades físicas y mentales se logra si el Ser Humano goza de una adecuada alimentación. Pero esta no es responsabilidad exclusiva de la institución escolar, porque esta con sus exangües presupuestos sólo paliará hambres atrasadas. Por ello ella manda a clausurar el piano de la Maternal, porque con desnutrición los sentidos se atrofian y la adquisición de cultura no es prioritaria. Ella manifiesta claramente que se deben realizar transformaciones estructurales de clase para poner coto a las desigualdades económicas que generan la explotación y el hambre.

4) Fundación de la educación de adultos para la clase trabajadora.

Para Carmen Lyra, como persona marxista – leninista, estaba claro que la clase trabajadora como producto de años de injusticia y discriminación, era “clase social en si”; categoría marxista que establece que la pasividad proletaria es producto de la falta de organización política, y por ello el que ostenta el poder puede con cierta facilidad espoliarlo y someterlo. Entonces se hace indispensable educar a los trabajadores, obreros y campesinos, para que a través de procesos pedagógicos que se fundamenten en el conocimiento de la psicología de los adultos y de sus inquietudes, necesidades y sueños, se pueda lograr su concientización clasista. No se trata solamente de alfabetizar, sino de alfabetizar y repensar la sociedad y las potencialidades de ellos como clase social. Es decir, lograr dar un salto de calidad pasando de la categoría de clase social en si, a clase social para si; otra categoría marxista que es premisa para cualquier transformación revolucionaria de la sociedad.

5) Desmitificación de la pedagogía “oficialista”.

Existe una pedagogía oficial y oficialista que camufla muy sutilmente las desigualdades sociales, bajo el mito de la movilidad social para todos a través del Sistema Educativo. El discurso pedagógico oficial oculta adrede las funciones reproductoras y adaptadoras de la Educación y de la Escuela. La Escuela capitalista transmite los valores y principios de la clase dominante con el fin de reproducir la ideología que los sustenta. Lo mismo hace con los fundamentos políticos de la sociedad que ella promueve y refuerza. Está claro para esta Maestra, que aquellos que pueden escalar en esa pirámide serán los futuros cuadros profesionales que moldearán los perfiles económicos de la clase que sustenta su poder en ellos.

6) Ligamen de la escuela y la educación con la comunidad y con la familia.

La escuela no es un ente asocial . Ella no vive ni sobrevive aislada de los avatares sociales; es un cuerpo vivo con entrañas históricas. Por ello la Escuela y la educación como tales, deben ser pivote para enrumbar a las comunidades por los senderos del progreso y la emancipación. Para ello es de suyo indispensable que estén indisolublemente ligadas con la Familia, porque recordemos que Carmen Lyra mezcla en su formación influencia cristiana y escuela marxista – leninista. La Familia es una sociedad inicial desde la cual parte el comportamiento de los individuos hacia sus entornos. Por ello la Escuela y la Educación participan de la formación de los ciudadanos para la construcción de la Patria. No hay nada aislado ni casual. Una Nueva Sociedad se sustenta en una nueva escuela y en una nueva educación. El resultado es una nueva familia y una nueva comunidad.
Las siguientes son sus palabras:
“Muchos de los importantísimos problemas en el porvenir de la nación deben plantearse en las aulas y es imperativo que presidan en él los mejores expertos que puedan obtenerse.”

7) Vinculación del trabajo docente con el trabajo intelectual extra escuela.

Los educadores no son neutros. Son focos generadores de pensamiento y acción para organizar, promover y concretar acciones que consoliden la formación de un contingente intelectual que sea conciencia lúcida. Carmen Lyra convirtió su casa, ubicada cerca de donde hoy se levanta el edificio del INS, en Universidad Abierta para todo aquel o aquella que deseara confrontar ideas y crecer como Ser Humano en el ejercicio de esas jornadas de reflexión ciudadana y pedagógica.
Fueron cientos de personas las que pasaron por su casa, ya sea para tertuliar, pedir consejo, compartir inquietudes o para organizar acciones que pusieran en jaque las políticas capitalistas; incluidas la Educación y la Escuela como partes integrales del Aparato Ideológico del Estado.
Carmen Lyra obligaba a quienes trabajaban con ella a leer mucho y permanentemente; exigía que estuvieran actualizadas en sus saberes y conocimientos; recomendaba lecturas y comprobaba si las habían realizado. Sabía perfectamente que el conocimiento no está exclusivamente en los libros, pero también comprendía que es necesario investigar y reforzar las prácticas pedagógicas con un sistemático trabajo intelectual fuera de las aulas.
Conminaba a quienes ella creía que tenían la capacidad para escribir a que lo hicieran; así, muchos de nuestros escritores le deben su inicio y consolidación a esta Maestra. Entre estos escritores podemos nombrar a Carlos Luis Fallas Sibaja, nuestro entrañable obrero bananero CALUFA, cuyos manuscritos ella revisaba sugiriéndole innovaciones. Por ejemplo, Calufa había titulado una de sus novelas “El infierno verde”; pero el ingenio y la picardía de Carmen Lyra la llevaron a sugerirle que la titulara mejor “Mamita Yunai”. Hoy, todos sabemos que esto fue un tremendo acierto visionario. A la United Fruit Company se le conoce en todo el mundo como “Mamita Yunai”.

8) Participación del magisterio en las luchas generales y específicas de la clase obrera y campesina.

El Magisterio Nacional no es un ejército de Apóstoles inmaculados, indiferentes frente a las penurias y penalidades del proletariado. Por el contrario, es un Frente Pensante y Pensador que ayuda a la organización popular para conquistar sus anhelos. La vida, el entorno social, no es ajeno al quehacer de los educadores; antes bien, es el escenario para llevar a la práctica el credo libertador de este gremio numeroso e instruido.
Carmen Lyra toma partido, y lo hace en uno de los frentes más aguerridos, el Partido Comunista de Costa Rica; desde cuyas filas ellas emprende importantísimas acciones para la vida nacional. Entre estas acciones podemos citar una de inmensidad histórica: la fundación de la Organización de Maestros Costarricenses en 1936.
También se debe traer a colación que ella jefeó la lucha de los educadores costarricenses contra la dictadura de los Tinoco, asumiendo personalmente la quema del edificio del diario oficial de la dictadura “La Información”; disfrazada de niño callejero limpiabotas.
Aseguraba ella:
“El rol de los maestros es hoy decisivo en los destinos de la Patria. Creo que es preciso despertar su mentalidad hasta que lleguen a interesarse en las luchas políticas que hoy se sostienen hasta el extremo de hacerse partícipes de ellas”

9) Conquista de un papel protagónico para la mujer en una sociedad abiertamente machista.

Desde las aulas de la Escuela Normal, Carmen Lyra pregonaba e impulsaba la participación femenina en todos los ámbitos de la vida. La mujer compañera del hombre en todas las luchas. La mujer educándose y preparándose para conquistar un espacio real en la sociedad.
Siguiendo este principio eminentemente educativo, al lado de su camarada Luisa González, funda el Sindicato Único de Mujeres Trabajadoras; organización que servirá para pelear la conquista de una igualdad real en las condiciones laborales de la mujer costarricense. También se debe destacar que ella es quien emprende de manera orgánica y estructural, la lucha por el sufragio universal para la población femenina; lucha que sentará las bases para la posterior conquista de este derecho.

10) Ejercer el Magisterio comprendiendo que todo proyecto educativo está ligado a un proyecto ideológico - político y viceversa.

La educación forma parte del aparato ideológico del estado, si este no funciona a cabalidad es menester que funcione mejor el aparato represivo. La disyuntiva es sumisión pasiva o comprensión de la paradoja para actuar coherentemente. La escuela no debe ser el cuartel donde se castren los sueños de creación y libertad, sino un taller donde se forjen los más preciados anhelos de emancipación del Ser Humano.
Todo proyecto político conlleva un proyecto pedagógico. Comprender esta situación, es garantizar una actitud contestataria, ante las injusticias que terminan enviando a las aulas una infancia desmirriada y hambrienta.

11) Erradicación de la mojigatería y el puritanismo de las aulas costarricenses.

El ambiente que se vivía en las aulas y academias costarricenses estaba muy influenciado por la iglesia y los diversos grupos ligados a ella. Esto permitía que se aplicaran medidas disciplinarias y correctivas contra los estudiantes por cuestiones a veces baladíes. Acotamos esto porque se aceptaba con facilidad y se permitía el castigo impune contra quienes desde la óptica de las autoridades violaban las normas de convivencia “decente y aceptable.”
Siguiendo esa línea de acción, en una ocasión se convocó a un Consejo de Profesoras y Profesoras en la Escuela Normal para acordar la expulsión de una pareja de estudiantes que fueron pillados in fraganti en pleno y sabroso beso. La alocución vehemente, tajante, valiente y sin prejuicios de Carmen Lyra salvó de la Hoguera a esta pareja; y a partir de ese momento histórico a nadie se le volvió ocurrir expulsar estudiantes por amarse.

12) Inserción de la Educación Ambiental en las aulas costarricenses.

La claridad ideológica de María Isabel Carvajal le ayudaba a comprender claramente la importancia de preservar la naturaleza y de protegerla. Ella entendía bien que el capitalismo es voraz con sus recursos naturales, y que cuando de aumentar su capital se trata, todo corre peligro; desde la Paz mundial hasta los bosques y los mares. Por ello organizaba actividades tendientes a formar y reforzar una mentalidad ecológica en las personas; comenzando por sus estudiantes.
Carmen Lyra, entre otras actividades realizaba una que ella llamaba “La fiesta de los pájaros ”, que consistía en que los niños llevaban pájaros enjaulados que tenían en sus casas o de parientes, y en el Laguito de Amón (Barrio Amón), después de presentar breves obras de teatro y números musicales, se les soltaba para enseñar a los niños a amar la libertad y entregarla a los seres que están privados de ella.
También inculcaba en los niños un profundo amor por la flora, y para lograrlo los llevaba a sembrar arbolitos por predios vacíos y orillas de calle.
En su obra literaria se puede comprobar que la Creación para ella era sagrada, y es deber de todo educador fomentar su conservación respetándola.


Para finalizar, con Alfonso Chase digamos, « La fuerza de su vigencia está determinada por su inteligencia creadora, su compromiso con nuestro pueblo y la combinación de lo viejo con lo nuevo. » ( 11 - 14 )


INDICE CRONOLOGICO DE CARMEN LYRA


-1888 El 15 de enero nace en San José.

-1904 Se gradúa de maestra Normal en el Colegio Superior de señoritas.

-1906 Trabaja en el Hospital San Juan de Dios en calidad de novicia religiosa. En este mismo año inicia su actividad literaria en los periódicos y revistas más importantes de la época, tales como Páginas Ilustradas, Pandemonium, Ariel y Athenea.

-1910 Tiene lugar el terremoto que destruye parte de la ciudad de Cartago. Se lleva a cabo la intervención de los Estados Unidos en Honduras. Omar Dengo y Rómulo Tovar fundan “El Centro Germinal”, el cual tiene por objeto el estudio y divulgación de los problemas políticos, sociales y económicos que afectan la vida del país.

-1911 Cae el gobierno de Porfirio Díaz en México. Los infantes de la marina norteamericana ocupa Nicaragua.

-1914 Asume la dirección de la revista artística y pedagógica Renovación. Se concluye el Canal de Panamá. Empieza la Primera Guerra Mundial.

-1915 intervención de los Estados Unidos de América en México. El gobierno de Alfredo González Flores crea la Escuela Normal de Costa Rica en Heredia.

-1917 Los Bolcheviques toman el poder en Rusia. Se inicia la dictadura de Tinoco.

-1918 Se publican sus libros “Las fantasías de Juan Silvestre” y “En Una Silla de Ruedas”.

-1919 El 13 de junio dirige la Manifestación de Maestros contra el gobierno de Tinoco, la cual culmina con la quema del periódico La Información.

-1920 Publica su conocida obra “Los Cuentos de Mi Tía Panchita”. El gobierno de Julio Acosta la envía a Europa en viaje de estudios.

-1921 Desempeña la cátedra de Literatura Infantil de la Escuela Normal de Costa Rica. Estalla el conflicto armado entre Costa Rica y Panamá, como consecuencia de no haberse señalado definitivamente los límites geográficos respectivos.

-1925 Cesar Augusto Sandino inicia en Nicaragua la Guerra de Guerrillas.

-1926 Funda en San José la Escuela Maternal Montessoriana.

-1931 Publica en “Repertorio Americano” su ensayo “Bananos y Hombres”. Entra a formar parte de la dirección intelectual del Partido Comunista y a colaborar con el periódico “Trabajo”, órgano recién fundado de dicho partido.

-1939 Estalla la Segunda Guerra Mundial.

-1941 Se reabre la Universidad Nacional de Costa Rica.

-1942 Se recrea el Seguro Social. se incorpora en la constitución Política el capítulo de las “Garantías Sociales”.

-1948 Sobreviene la lucha armada en Costa Rica.

-1949 El 13 de mayo muere en la ciudad de México.

-1971 Se inaugura en San José, en la planta baja del kiosco del Parque Central, la “Biblioteca Infantil Carmen Lyra”.

-1976 La Asamblea Legislativa declara “Benemérita de la Cultura Patria” a Carmen Lyra.




CHABELA

Joaquín Gutiérrez

(Te conozco mascarita)

Fueron tus cinco dedos de alga suave
la mano que deseé tanto en mi ausencia.
Tu voz de abeja la añoró mi oído
en tierra extraña.
Si antes pensaba regresar un día
otra vez a la patria, era tan sólo
por irte a ver, por conversar contigo,
tocar tu puerta.
Ahora cierro los ojos y te miro
mi pequeño nidito de gorriones,
rocío de alba, flor de greda pura,
canto de abeja.
¿Dónde los tristes reclinar podrían
ahora sus cabezas si les falta
tu regazo moreno de torcaza,
cojín tan blando?.
No tenías ningún pan y diste tantos,
panecillo tú misma, en el rescoldo.
Somos avaros de lo que dejaste.
Tú, sigues dando.
Dolía tu grito:- ¡Dadme a mi pueblo,
quiero volver, quiero volver, dejadme!
Eras sólo una sombra de canela
hecha pedazos.
Quiero volver decías, y te aventaban.
Tuviste que morir para lograrlo.
Ciega ya para siempre tu mirada
no eras temible.
Volviste y te llevaron los obreros
hasta la tierra en brazos, en tu caja.
Te besaban la frente y sus espinas,
niña dormida.
Moreno caracol, raíz de violeta,
párpado humilde, pequeñita antorcha,
¿dónde te fuiste? Dínoslo, Chabela,
para seguirte.
¿Qué te hace falta? ¿Acaso me recuerdas?
¿Cala la lluvia los terrones grises?
¿Has perdonado ya lo que te hicieron?
¿Estás llorando?
Estas palabras son de enamorado,
nunca he probado un licor tan dulce.
Tanto bebimos de él, tanto bebimos
que lo acabamos.
Que en paz descanses, linda camarada,
y que jamás nos dejes. Y el gran día,
cuando se llene el aire de estandartes
de roja púrpura,
Podrás, tal vez, volver a estar contenta..
Y una noche en que estemos todos juntos,
Manuel y Carlos Luis, Luisa y Calufa,
Guzmán y Arnoldo,
también los que murieron, Federico,
Vaglio, Montiel, la compañera Rosa,
vuelve, regresa y con tu voz más suave
cuéntanos cuentos.
En las calles la fiesta de los pueblos,
la victoria final, pero ninguno
querrá ir y perderse una palabra
de Tío Conejo.
Y si algún hijo de tus enemigos
se va acercando al mágico llamado
de tus maravillosas aventuras:
Déjalo que oiga!.



Responso a Carmen Lyra

Fabián Dobles

(recordando a Carmen Lyra)

No,
que no descanse en paz.
Que no descanse en paz su cuerpo, ya
mineral feraz,
flor de la tierra.
Que no descanse en paz su voz, ahora
inefable,
aquella exuberante voz de mariposa
que libaba mieles y dolores
y sonaba tan como suena la verdad,
tan como saben
la vida, las auroras, las corrientes de agua.
Que no descanse en paz su eterno,
suave grito,
su cariñoso, humano, entero corazón.
Que no descanse en paz ...
Que descanse con nosotros.


Pensamientos de Carmen Lyra



... “ No era maestra de adorno ni de ficción, era madre de los niños de su escuela y cuando vio la miseria , el frío y la desnudez de sus hogares ... ¡Y qué hogares !... se sintió inmensa y lanzó un grito que aún resuena y resonará siempre ... mientras haya en Costa Rica y en el mundo, niños enfermos, raquíticos, que padecen todas las miserias por culpa de una sociedad egoísta, habrá lucha social...”


´´ Pues bañando niños de cuatro a seis años, viendo sus cuerpecillos desnudos y vigilando sus juegos, aprendí mas que en quince años de dar clases’’.


“Los remedios con que tratábamos en la Escuela Maternal para componer el mundo, no pasaban de ser acciones que revelaban buenos sentimientos hacia el prójimo, pero que no se acercaban siquiera a la causa del mal .”


“Mientras estuve pegando remienditos sociales en la escuela y escribiendo prosa romántica con metáforas inofensivas para la injusticia que me rodeaba, tuve fama de ser una excelente persona, de muy buen corazón y una fina escritora. Pero cuando me di cuenta que había que hacer algo mas que remiendos sin trascendencia, que había que luchar directamente contra el régimen capitalista, la gente cambio de opinión con respecto a mi : ahora dicen que estoy loca, que tengo envidia de los ajeno, que ya no escribo como antes, que he decaído en el arte de la literatura ”.


“Compañeras hay que empeñarse con todas las fuerzas por cambiar este estado de cosas. Qué cambio hondo, trascendental, habría en la vida de Costa Rica si las mujeres pudiéramos votar. Las cosas ya no seguirían como están porque ninguno de esos señores va a echar abajo las prerrogativas del capital, el cual tiene arregladas las cosas de tal manera que mientras unas mujeres pueden estarse arrancando los pelos de las cejas o haciéndose masajes para no engordar, otras tendrán que estar paradas en charcos, dobladas lavando o cosiendo. Cada partido está sostenido por gente de plata, y si estas gentes arriesgan grandes sumas, no es por la linda cara del candidato, sino porque ven la posibilidad de ganarse el ciento por ciento en el juego de la política?”



BIBLIOGRAFIA

1) Dobles, Fabián. Revista Trabajo. Editorial Revolución. San José Costa Rica. 1970.
2) González, Luisa y Sáenz, Carlos Luis. Carmen Lyra. Departamento de Publicaciones, M.C.J.D. San José, 1977.
3) González, Luisa. A ras del suelo. Editorial Costa Rica. San José, Costa Rica. 1994.
4) Gutiérrez, Joaquín. Te conozco Mascarita. Editorial UCR. San José, Costa Rica. 1984.
5) Lyra, Carmen. Los otros cuentos de Carmen Lyra.. Editorial Costa Rica. San José, Costa Rica. 1985.
6) Monge, Claudio. Tertulias con mi Padre y con Manuel. Obra Inédita.
7) Monge, Claudio. En Aquellas Filas y Trincheras. Obra Inédita.



viernes, 15 de febrero de 2008

LA LECTURA SE FORJA

La lectura: un poder forjado en el yunque del placer

Claudio Monge Pereira

Era yo un niño aún y ya soñaba con los libros que podría llegar a tener. Por aquellas manos pasaban Mi Hogar y mi Pueblo y el Paco y Lola, y ellos eran tiernos y agradables. Se puede afirmar que los amábamos. Eran libritos en ediciones sencillas y humildes, en papel periódico; pero nos atrapaban con una magia que por aquellos años no descifrábamos.
Más tarde, años después, llegamos a descubrir la causa que cimentaba ese amor desmedido por ellos y su contenido. Pero pasaron muchos días para encontrar la verdad.
Aquellos eran años difíciles para las familias obreras, sobretodo si eran numerosas como la nuestra: ocho hermanos y algunos primos que venían desde Grecia a sobrevivir con nosotros; un papá zapatero, una madre cocinera de hospital y una abuela mágica que constantemente acarreaba una bolsa de mecate repleta de frutas y chayotes para la supervivencia de la tribu familiar. No había recursos para comprar un solo libro, ni periódicos ni revistas. Algunas de estas últimas, las ganábamos en apuestas infantiles, por lo general ligadas a la fuerza física para competir en algún juego. Y una vez ganada, se convertía en un tesoro familiar que pasaba de mano en mano hasta que su contenido lo sabíamos de memoria y sus páginas ya se habían gastado.
A partir de 1960, comenzó a circular por nuestra casa una revista llamada “Bohemia”, que luego supimos, venía desde Cuba. Y de Cuba se hablaba mucho, porque unos muchachos barbudos y de pelo largo habían tumbado a un tal Batista y ahora todos hablaban de Fidel. Esa revista de papel periódico, fotografías en sepia y engrapada, pasó a ser lectura obligada para todos.
Aquella era nuestra biblioteca: papel amarillento y fotografías que al ser tocadas manchaban los dedos, hasta que por su frecuente uso se secaban o se gastaban. No había libros repletos de colores llamativos, ni estampas en aquella casa; ni tampoco en aquella Escuela. Probablemente las enciclopedias ya existían, pero no para las gentes de los Barrios del Sur de la Capital.
Entonces, si esa era la realidad cotidiana, por qué motivos amábamos los libros y sus contenidos con tanta pasión; por qué los buscábamos y hasta los peleábamos en competencias, por qué estábamos dispuestos a sacrificar hasta lo que no teníamos por obtener un texto escolar, una revista o un libro.
Crecimos un poco y llegó el primer año del colegio. La situación económica era la misma, pero la Madre y el Padre hacían enormes sacrificios para comprar por lo menos el texto más importante. Ese texto pasaba de mano en mano, porque con su ayuda estudiábamos todos los hermanos, hermanas, primos y hasta algún vecino aún menos privilegiado que nosotros.
A los trece años descubrimos que por el Paseo Colón había unas bellas casas con banderas de otros países en alguna parte de su fachada. Supimos entonces que eran embajadas, y como corrían otros aires por el mundo, uno podía entrar como si nada y le regalaban cantidad de folletos y libritos que destacaban las bellezas de esos países. Nos convertimos en asiduos visitantes de esos pedacitos de patrias extranjeras. Sin darnos cuenta ya poseíamos bonitas colecciones de historia de esos países. No había televisor en nuestra casa, pero por aquellos folletos conocíamos el lejano Brasil, México, Venezuela, Argentina; Europa. Maravillosas cataratas, ríos inmensos, selvas, desiertos, lagos, pirámides y cientos de monumentos. Y sobretodo, pueblos con trajes diferentes, colores distintos, bailes diversos, instrumentos variados y muchas cosas que inclusive se parecían a las nuestras. Todo aquel material nos sirvió para que nuestras tareas escolares fueran más bellas. Incluso en las Embajadas pedíamos, con ayuda de alguna mentirilla, dos ejemplares de cada folleto o librito; para recortar uno y conservar intacto el otro. Eso era bello y nos proporcionaba inmensa alegría.
Conforme avanzamos en la pirámide escolar comenzamos a experimentar nuevas situaciones. Una de ellas, quizá la más terrible, fue enfrentarnos a una realidad incomprensible que se fue tornando odiosa: había que leer por obligatoriedad o por temor al fracaso académico. La lectura era un medio que se usaba para reprimir nuestro deseo de aprender por placer. Había que leer, porque en unos exámenes se nos obligaba a contestar las cosas más inútiles o superficiales que a un profesor, o a una profesora, se le ocurrían. Entonces se debía memorizar aquello sin amor, para soltarlo en una prueba de memoria: atrás quedaban botados el placer y el amor por la lectura útil para la vida cotidiana. “Había que cultivar la inteligencia para el futuro”, decían.
El Sombrero de Tres Picos pesaba toneladas sobre nuestras cabezas. Las Bodas de Sangre eran un crimen. El Lazarillo de Tormes un salado. Marianela una carga. María otra. El Licenciado Vidriera una botella. Gustavo Adolfo una golondrina que no hacía verano. Y Don Quijote... un cliente fijo para el Chapuí. Fue cuando se agigantaron Pilo y el Enano, el Muñeco de Maní, Medio Pollo, la Gallina Enana y el Gallo Zancón. Nosotros pasábamos a imitar a una pareja de abejoncitos, que recién casados, se fueron a vivir en una cebolla: se iniciaba una especie de llanto.
La lectura se había convertido, por medio de la varita mágica de la Pedagogía oficial, en un tedio; una molestia divorciada de nuestro contexto. Era ya, un texto sin contexto.
Se hizo necesario militar en grupos diversos para leer por puro gusto: la iglesia protestante, el grupo juvenil, algún círculo de poetas y aprendices de escritor. Había que buscar fuera del aula cotidiana, aquello que otrora fue una verdad: el placer de la lectura.
Vinieron los años duros de estudios universitarios, y entre otras cosas, tomamos la decisión de estudiar Literatura. Deseábamos comprobar, desde adentro, cuál era la magia utilizada por los formadores de profesores de Castellano y Literatura; para lograr en tan corto período que los estudiantes en las aulas formales escolares, odiaran con tal fervor la Lectura y la Literatura.
La profesora de mi primer curso, una gran Doctora en Crítica Literaria formada en Francia, me replicó de inmediato al plantearle mi inquietud: “¡Excelente... ahí tiene ya Usted su tema para la tesis!” , y la respuesta se quedó esperando hasta el día de mi graduación con honores en Literatura.
Comprobé que ahí mismo, dentro de la Academia, se reproducía el mismo esquema colegial: Leer por cumplir una tarea. Barthes leído para responderlo en una prueba. Y el placer, que esperara en el asiento del autobús; o quizá a la noche, para cabecearlo un rato antes de entregarse a Morfeo.
Pasamos luego a la etapa de padres y madres de familia responsables, y comenzamos a supervisar las tareas de nuestros hijos escolares y colegiales, cuando no, a resolvérselas directamente.
Encontramos cosas tan deprimentes en relación con la lectura que terminamos solidarizándonos con todo el estudiantado. Tenían que leer para una comprobación de lectura, que cuando no era francamente superficial era idiotizante.
Primer ejemplo: “Única mirando al mar”, de mi dilecto amigo, Fernando Contreras. Preguntas para comprobación de lectura:
A) En un colegio público prestigioso de Moravia, cuyo nombre me reservo por respeto a su trayectoria: ¿ De qué material hicieron su arbolito de navidad los buzos de Río Azul?
B) En un colegio privado de Sabanilla, igualmente tan prestigioso como el anterior: ¿ Qué podemos hacer para ayudarle a los buzos de Río Azul?

En el primer caso no hubo respuestas correctas, y sí, muchas blasfemias por parte de los estudiantes, que se sintieron burlados después de haber disfrutado de la lectura de “Única”. Hubo burlas y promesas para no volver a leer. Se propusieron los estudiantes, comprar el resumen de lecturas que venden en la “Mini”, para pasar los exámenes de comprobación de lectura.
En el segundo caso, la respuesta más alabada por la profesora fue la siguiente: “Dejar algo de leche en los empaques “tetrabrick” y un poquito de pasta en los tubitos.” Pero lo más triste no fue corroborar la superficialidad o la mofa en esta respuesta, sino el hecho verídico de que la respuesta fue evaluada como buena.
Los ejemplos narrados nos obligan a pensar también en las infaltables preguntas bobaliconas y superficiales que se practican en las aulas. Muchas al estilo de nuestros juegos infantiles para atrapar bobos:
¿ Para dónde iba Napoleón Bonaparte cuando se cayó del caballo?, o quizá esta, ¿ De qué color era el caballo blanco de Napoleón?
Una profesora de español y literatura me relató su frustración, después de haber ayudado a sus hijas a prepararse para las pruebas de comprobación de lectura. Después de los resultados ella sufrió los reclamos de sus muchachas, los cuales casi rayaban en improperios que acusaban su “ignorancia” como profesora. A la chicas les fue como a un quebrado porque no supieron las respuestas.
En un caso se trataba de “Marianela”: “Marianela nació en día de difuntos... ¿Cuál es entonces, el día de nacimiento de Marianela? En el otro se trataba del Lazarillo de Tormes: ¿Cómo se llama el hermano menor del Lazarillo? Y esto sucede en un destacado colegio privado religioso de San Pedro de Montes de Oca.
Una alumna del Liceo Laboratorio me dijo en una ocasión, que a ella le encantaba Debravo y que ella amaba la poesía; pero que eso se vino abajo cuando la pusieron a sacar gerundios y adverbios en un poema acerca de la Paz. Me dijo que ella juraba que iban a realizar una reflexión acerca del profundo mensaje del poeta, porque la situación de la violencia se ha tornado insoportable en el mundo que ella vive a diario. Pero no hubo nada de eso. El fondo profundo de la poesía se quedó como un rescoldo asentado de cualquier cosa.
Imagínense Ustedes: Jorge Debravo para ser estudiado con vocación odontológica. De la estrofa que dice: “No te ofrezco la Paz hermano hombre/ porque la paz no es una medalla/ yo te ofrezco que salgamos a conquistarla/ aunque tengamos que despedazarla.”, saquen los verbos y los adverbios. Y en esa práctica, dizque pedagógica, todo se circunscribe a un sacar; como en una odontología pedagógica que pretende dejar desdentada la poesía. La metáfora desterrada de las aulas. Fuera la posibilidad de soñar y de visualizar las utopías juveniles, o simplemente, Humanas.
Afirmé al iniciar esta reflexión, que el texto sin en el contexto se había entronado en las aulas, pero en honor a la verdad, eso no sería tan grave si se tratara de un Rey o una Reina al estilo moderno; cuando estas figuras son más decorativas que otra cosa. La gravedad estriba en que sí hay un empoderamiento real de esas tendencias, para sufrimiento del estudiantado y de las madres y los padres que estudian correctamente con sus hijos.
Para ir cerrando este breve ejercicio de pensar en voz alta, deseo destacar por qué allá en aquella pobre infancia, disfrutábamos tanto de la lectura: Porque tenía sentido para nuestras vidas cotidianas. Lo relevante no se trataba de cuántos molinos enfrentó Don Quijote, sino por qué los enfrentó. Lo importante no era que Pilo fuera malo, sino por qué lo era. La tortuga habladora se cayó al vacío y se descalabró toda por no saber dominar su lengua, y la cuestión era esa, y no desde qué altura se cayó y cuántos huesos se quebró.
Nuestras Maestras y nuestros padres o hermanos mayores se cuadraban con nosotros a disfrutar la lectura; la compartíamos, la contextualizábamos, la ambientalizábamos que llaman ahora los pedantes de aula, le dábamos poder dentro de nosotros. Ella se realizaba por placer y gusto, y el aprendizaje llegaba inevitablemente. No era necesario asustarnos con una prueba o con una comprensión para sacarle a la lectura el mayor y el mejor de los provechos. Sentíamos que lo leído, por sí mismo, tenía sentido y era útil. Porque se relacionaba con nuestro sentido de la vida y ello lograba que todos quisiéramos ser los Héroes de las historias leídas. No daba pena llorar cuando había que hacerlo. Carcajearse era normal si Tom Sawyer hacía travesuras parecidas a las nuestras allá en el río Tiribí. Nosotros éramos el Principito que encontraba el sentido de las cosas en cada estación. Y eso no estaba prohibido. Sentíamos que vivíamos la vida haciendo estaciones en pequeños planetas, y en cada uno de ellos aprendíamos con pasión. Pero esto no se daba ni solo ni por rebote; sucedía porque teníamos la orientación adecuada de parte de nuestros educadores y de la familia. Sí existía una auténtica relación entre las aulas y las casas y a ratos no se sabía cuál era cuál.
La lectura conllevaba una esencia que consistía en vivirla, entregarse a ella sin límites hasta la saciedad; no escatimarle espacio en nuestro diario vivir y transformarla en compañera dulce y anhelada. La única obligación era no memorizarse nada. Sólo dejarla fluir y navegar por ella como si fuera un dulce río. Sentíamos que leer era vivir, y por ello vivíamos de tal manera, que vivir era leer la vida que nos rodeaba y aprehenderla y rehacerla para que fuera significativa. Construir diversos mundos a partir de la experiencia de leer. Transformar en praxis lo vivido en la lectura, pero comprendiendo que la vida real estaba no en las páginas, por más bellas que ellas fueran; sino ahí a nuestro alrededor; saltando y metiendo bulla llamándonos la atención.
Las aulas pueden y deben ser esos talleres para el deleite pedagógico que anhela todo estudiante. Los libros y los textos no son cepos para limitarle la libertad y la creatividad a nadie. Afirman que escribir es volver a recordar lo vivido, y eso en gran medida es cierto, pero también es verdadero en gran medida que leer es sentir y vibrar; y ello significa vivir para recordar. Un ser Humano sin recuerdos es como un pueblo sin historia. Y eso es una tragedia.
Debemos rendir tributo a las personas, Educadores y Familias que desde las aulas o desde las casas, hacen de la lectura el necesario encanto para crecer espiritual, moral e intelectualmente.
Hoy día, a las diversas realidades se les llama escenarios, y a la comprensión de las cosas se le dice, realizar una correcta lectura de los hechos. ¿Acaso no es lo mismo leer por placer y no por obligatoriedad? Y nótese que digo por obligatoriedad y no por obligación, porque siempre que sea por placer, la lectura será una deliciosa obligación.


Casa MONHÉR
San Isidro de Heredia

jueves, 14 de febrero de 2008

¡ Por eso la mandé a Usted!

Claudio Monge Pereira

La persona que me lo cuenta es un Asesor, de esos que tienen la entrada libre y las puertas abiertas a todas las dependencias del Gobierno. Me lo relata carcajeándose, y en sus ojos brilla un placer casi infantil al transmitirme el suceso. Y su placer era mayor porque él había sido testigo de un hecho muy simpático y típico de la protagonista, que para el caso, es la misma cuya aventura le da nombre a este relato.
Se encontraban varios Asesores haciendo antesala en Casa Presidencial, cuando de repente apareció la señora Ministra, estirada cuan es. Uno de los Asesores de algo la vio y corrió tras ella. Al ratito regresó refunfuñando y maldiciendo contra la señora: “¡Desgraciada...qué se habrá creído! Yo que he trabajado para este Partido y para el pueblo, que me he entregado a cambio de nada; que trabajo como mula por todo el Norte del país, que vi nacer este movimiento...”; más otras palabras y frases que aquí censuramos aunque las usara Cervantes. La persona que me lo cuenta le sugiere al enojado que se calme y que se desahogue soltándole a él lo sucedido en aquel pasillo sin testigos. “Mire compañero, le digo a la tal por cual que necesito pedirle un favor. Me pregunta de qué se trata el favor. Le digo que necesito una cita con ella para hablarle de los problemas en aquellas comunidades...y sabés qué me contesto la malpuesta esa; qué hable con su Secretaria para que lo anote en su agenda...pero que ella cree que no me podrá atender ni en el año 2010. Desgraciada, cómo me trata así. Me voy de este Partido...me largo.” El hombretón, de casi dos metros y trescientas libras, salió pateando sillas y paredes y se largó de Casa Presidencial .
El Asesor que me lo cuenta, militante en otras filas durante la época de los viajes gratuitos al Socialismo continúa con su anécdotas, luego del intertexto oral del asesor grandullón y resentido en su más social y cristiano amor propio. “Pues la cosa es que llega la señora Ministra esa y de sopetón se topa con don Abelardo. Entonces le cuenta en tono de reclamo algunos pormenores de su gira al interior del país: - “Pues figúrese Usted...Señor Presidente, tuve que montarme en un caballo, pero había tal cantidad de barro que este se hundió y me llegó el lodo hasta los muslos. ¡Si viera Usted don Abelardo! Aquello no es calle ni nada, hay que mandar a pavimentar y a arreglar eso antes de yo regrese por ese lugarejo algún día. ¿Por qué me fue Usted a mandar a ese lugar? Entonces don Abelardo le contesta de un zarpazo: “¡Por eso la mandé a usted...para que conozca un poquito este país, para que vea que no es como el centro de la Capital. Imagínese a esos chiquitos que vienen desde las montañas, caminando horas por esos barriales para llegar hasta la Escuelita del lugar; con hambre a veces y descalzos siempre. Por eso la mandé a usted, le repito, para que se empape de la realidad nacional y podamos hacer algo para que en el futuro nadie se embarriale. ¡Muchas gracias por su reporte!”
“Mirá, agrega el Asesor, y te lo cuento a vos que sos del mismo patio profesional de la Ministra, y que sos tan duro con mi Partido; para que veas que don Abelardo está en todas.”
Al final le tiré la chinita de que si todo anduviera como él asegura, el grandullón no se habría largado de su Partido. “¡Qué va!, me contestó de inmediato, la semana pasada me lo encontré en un acto en Esparza y le mandé el filazo de rigor. Y sabés qué me dijo: “¡ Es que llevo el gusanillo muy pegado al corazón!”
Conclusión: muchas veces, el sectarismo y el dogmatismo nos hacen creer que sólo nosotros amamos esta Patria, aunque bien veamos y observemos que otras personas de otras tiendas políticas, trabajan y se desvelan por el Pueblo.

sábado, 9 de febrero de 2008

El niño, el santo y el mar

El niño, el santo y el mar: Bella obra literaria de don Hernán Elizondo Arce

Claudio Monge Pereira




De mi retina no se desprende la imagen de don Hernán…sus ojos me miran con esa dulzura de panales y me invaden de amor. Y por alguna fuerza poderosa, si veo más allá, encuentro los ojos de Fray Casiano de Madrid; aquel Santo que anduvo entre nosotros sin que lo determináramos siquiera.

Esta novela corta de don Hernán, acompañada por algunos cuentos de su inspiración, fue publicada por nuestra Editorial en el año 1980, y su edición de 3.000 ejemplares se agotó hace ya mucho tiempo. Por ello su segunda edición era totalmente necesaria, ya que se trata de una obra clave en la literatura costarricense del siglo pasado, para que las nuevas generaciones de lectores tengan la oportunidad de mejorar sus bibliotecas domésticas con esta joya que don Hernán Elizondo Arce obsequió a las letras de la Patria, y además, enriquezcan su cultura como ciudadanos.

Nuestro escritor es un maestro del relato corto, lo cual logra con mucho acierto, permitiéndole a los lectores enamorarse de lo narrado o de sus personajes. Esa particularidad no sólo se comprende por las tramas interesantes y cautivadoras, sino por la poesía que el escritor sabe impregnarle a sus relatos.

Antón Páblovich Chéjov gustaba decir que la brevedad es la hermana del talento, y él mismo lo demostró con su obra literaria de páginas cortas y significados largos. Y así es esta colección de relatos: breves, agudos, incisivos, profundos y de un poder significativo que envuelve a los lectores para obligarlos a pensar la vida y sus avatares.

Cada uno de los relatos que componen este tomo, está impregnado por la magia de la pluma ágil y perspicaz de don Hernán, a tal punto que con su lectura no sólo conocemos la historia de un ser humano, sino que además nos enteramos de las desdichas de un pobre perico que pierde su libertad o de una urraca que desea volar hasta el cielo teniendo plumas de plomo. Tanto el concepto de libertad como el de pertinencia real, son tratados con la delicadeza deliciosa del escritor avezado, pero en este caso, le sumamos el profundo conocimiento psicológico y sociológico del autor; cuestión fundamental que hace de cada trabajo acabado una obra particularmente atractiva y conmovedora. El perico no es solamente eso, es un ser “exiliado del llano” que nunca dejó de serle fiel al recuerdo de su tierra, y además, “ siempre tuvo hambre de campo abierto y nostalgia de espabeles.” Y la urraca nos recuerda a esas personas que sin tener ni la capacidad ni el don para una tarea o misión, con su osadía ignorante nos estropean el mundo en que vivimos. Cuántos seres humanos pululan por esta tierra con nostalgia por sus orígenes cercenados y birlados, como el campesino despojado de su parcela por los nuevos latifundistas camuflados de empresarios turísticos, “desarrolladores” de riqueza transnacional y productores de pobreza nacional. Entonces, es cuando el despojado añora su terruño y todo le huele a recuerdo de tierras roturadas y semillas al acecho. Así mismo, ese ejército de atrevidos que hoy pululan por las aulas y por las oficinas simulando saber hacer lo que no pueden hacer, porque los dones y las vocaciones se traen innatas y no se pueden usurpar ni con títulos dudosos ni con la reverencia risible de quienes les siguen la corriente para divertir tragicómicamente al resto de la sociedad.

La injusticia, el misterio, el humor, el suspenso, la revelación y el advenimiento de una nueva conciencia, son ejes que se nos revelan en estas obras de don Hernán Elizondo; este maestro narrador que hace de la pluma un cincel acucioso que penetra el granito de los corazones humanos, tantas veces indiferentes ante la tragedia y el dolor ajenos. El maestro Elizondo Arce es un poeta que no se puede esconder ni siquiera cuando cultiva otros géneros, porque para él la metáfora es un asunto forjado fácilmente por el mazo de su lenguaje y su pensamiento. Don Hernán nos poetiza sucesos y hechos, dándoles esa frescura diáfana de los arroyuelos de montaña que alegran la vida de todo ser que se les acerca. Y lo hace de manera natural, no hay en esa tarea ningún esfuerzo trabado ni árido; por el contrario, esas figuras surgen en su escritura tan naturales como las rocas se van asomando al paso de las aguas que bajan de las montañas. Sin ellas los ríos cantan una sola canción, con ellas, en cambio, la polifonía de de las espumas y las corrientes se manifiesta con una dulzura tierna, tibia y apacible.
También debemos destacar la capacidad del escritor para atrapar nuestra atención desde el inicio mismo del relato, los cuales se transforman en imanes atractivos y sugestivos para nuestro gusto estético y en bálsamo de nuestros sentimientos humanos.

De manera natural nos sentamos en una banca o en un poyo de pueblo para escuchar la voz de Fray Casiano de Madrid, o la de Francisco, padre e hijo en la vida escogida por uno y en la desgracia redimida al fin para el otro. Y caemos en la cuenta que cumplió muy bien don Hernán su promesa de escuchar la solicitud del Santo: nos da una obra magistral por su sencillez y belleza; por el delicado encaje literario que se surce solo a nuestra piel de lectores. En la obra de don Hernán Elizondo, este Fraile maravilloso y bueno, nos recuerda a aquel santo que recorría las calles del mundo pidiendo para sus niños abandonados por la sociedad indiferente, y al recibir de un avaro rico el escupitajo en su rostro en una ocasión, le dijo: “¡Bueno…eso es para mí! Ahora, ¿Qué me vas a dar para mis pobres niños?”

La relevancia de esta obra no sólo radica en su belleza, sino y más allá, en su encuadre actual dentro del panorama de la realidad costarricense. Porque sí son demasiados los niños y las niñas que deambulan por las calles, abandonados por su padres y por nosotros. Les llamamos eufemísticamente “niños de la calle” para evadir nuestra complicidad con un régimen que abusa de la palabra pobreza en sus discursos, sus planes y sus programas; pero que no logra comprender que el problema real no es la pobreza sino la riqueza. Son su distribución indebida y anticristiana, la madre y el padre de toda la infancia que hoy nos obliga a sonrojarnos, antes que a cerrar nuestros ojos indiferentes.

Por eso son tan necesarios esos santos como Fray Casiano, porque mientras las causas del abandono y la injusticia perduren, tendremos que cifrar la esperanza en el ejemplo de estos seres humanos gigantescos que dándolo todo, renuncian a la nada de una vida sin sentido. Don Hernán nos abre los ojos con su obra y nos recuerda que el corazón debe ser inteligentemente amoroso.

La Editorial Costa Rica, cumpliendo con su misión, pone una vez más en las manos de los costarricenses esta obra bellísima del escritor consagrado, que jamás abandonó su humildad frente a los demás y más bien, reforzó su razón de ser ante la historia patria y la sociedad costarricense.

San Isidro de Heredia, abril de 2007


Claudio Monge Pereira
Presidente de la Editorial Costa Rica
y de la Asociación de Autores de Obras Literarias, Artísticas y Científicas de Costa Rica

viernes, 8 de febrero de 2008

El sacrificio del RUALDO

El sacrificio del RUALDO


Claudio Monge Pereira
Versión Midrásh Hagaddá


Muchos siglos hace, muchos antes inclusive de la intromisión de los españoles en Nuestra Tierra, el RUALDO fue un ave de plumaje sencillo que no llamaba la atención de nadie. No obstante, su canto era el más bello y dulce de toda la selva. Cuando el RUALDO cantaba, todas las aves de los alrededores callaban para no perderse ni siquiera una nota de nuestro Inspirador.

Este pájaro que a simple vista parecía ordinario, al igual que hoy, habitaba en las montañas del Norte de Heredia y su espacio se extendía hasta las faldas del Volcán Poás. Aquellos parajes se extendían hasta los Bajos del Toro y la Laguna de Hule. Ni siquiera el jaguar y el puma que imponían su poder por esos rumbos, se atrevían a interrumpir el canto maravilloso del RUALDO.

Justo muy cerca de ese volcán, se hallaba enclavado en un pequeño y verde llano, un poblado indígena que campeaba feliz y libre en armonía con la naturaleza. En sus alrededores cohabitaban fieras y otras especies animales, todas en justo equilibrio y enriqueciendo la armonía construida por el Padre de todas las criaturas. Los habitantes del poblado utilizaban de la selva lo necesario para vivir sin ofenderla.

Un día se escuchó un retumbo tan poderoso que todas las personas pensaron que el Cielo se caía sobre sus cabezas. Desesperados corrían a guarecerse en sus chozas y debajo de los árboles más grandes y frondosos. Pero como los retumbos no cesaban y el cielo no se desprendía, descubrieron que semejantes ruidos provenían de la cima del cerro más alto; al cual ellos, por un temor natural, jamás ascendían.

Entonces los más ancianos comenzaron a murmurar oraciones día y noche, mientras los jóvenes danzaban durante horas ataviados con su bellos penachos y portando flores y ramas de diferentes arbustos. Las mujeres y los niños no salían de sus chozas pidiéndole a sus Dioses misericordia: lloraban lágrimas de amor hasta anegar la tierra que pisaban para calmar la furia del coloso.

El volcán Poás mientras tanto, escupía fuego, y ríos gelatinosos e incandescentes se deslizaban por sus laderas a paso lento. A su paso todo lo arrasaban, a tal punto que los indígenas temieron que su poblado simplemente fuera arrastrado por la furia que no cesaba ni con los cantos, ni con las danzas, ni con las oraciones…ni con las lágrimas de las mujeres y de los niños. Más bien parecía enfurecerse más cada día que pasaba.

Debido a lo anterior, los sabios ancianos decidieron subir a la cima del coloso para preguntarle qué era necesario hacer para que él se apaciguara, y ellos lo complacerían. El volcán furioso deseaba sangre humana y sin ella no disminuiría su bravura. Con demasiada fuerza arrojaba piedras por los aires, y enormes chorros de vapor y lava, alcanzaban hasta cien metros de altura. Las nubes partieron de ese lugar.

Mientras todo esto sucedía, allá en la última choza del poblado, una doncella muy linda permanecía acurrucada en la oscuridad. Sólo la acompañaba un RUALDO que había nacido en uno de los horcones de su rancho y que muy pronto, fue abandonado por sus padres, de tal manera que fue la doncella quien lo terminó de alimentar hasta que creció y se fortaleció.

Cuando el RUALDO fue grande ya no se quiso alejar de la muchacha: vivía en los alrededores del rancho y devolvía su agradecimiento con bellísimos trinos y gorjeos. Ni siquiera los picudos, las caciquitas, las viudas, los cardenales, las monjitas, los quetzales o los jilgueros podían opacar su bellísimo canto. Su amiga, la doncella indígena, no cambiaba nada de lo que poseía por la felicidad que le daba su amistad.

Había quienes aseguraban que ellos vivían enamorados, el uno para el otro, como la lluvia de las montañas con el musgo que siempre amanecía fresco y terso, como si durante la larga noche y la madrugada, se fundieran en un abrazo poderoso de cuyo fruto se enriquecían la tierra y las rocas y los poderosos troncos de los árboles milenarios y frondosos.

Los ancianos decidieron que la doncella debía ser sacrificada, arrojándose ella misma a las fauces hambrientas del monstruo que se revelaba en el coloso. La llevaron hasta la cima y le pidieron que avanzara lentamente y se lanzara. Ella, temerosa caminaba, y al mirar hacia atrás, veía el resplandor de los cuchillos de obsidiana que portaban los guerreros. Si avanzaba era la muerte, y si retrocedía, también lo era.

De pronto ella se detuvo y miró que entre las nubes rojizas de fuego, humo y polvo, volaba su RUALDO. Burlando las furiosas lenguas de fuego del Volcán Poás cantaba y cantaba sus más bellas y melodiosas notas. El RUALDO se comunicaba con el coloso en el misterioso lenguaje de la Naturaleza. Pedía piedad y misericordia al gigante, ofreciéndole lo más valioso que él poseía: su canto maravilloso…su VOZ.

Era tal la dulzura de su canto que el Poás se enterneció totalmente, y de sus más profundas entrañas, brotaron chorros inmensos de lágrimas; tantas que el cráter se fue llenando hasta formar la inmensa laguna que hoy todos podemos observar. Tantas que su fuego se apaciguó y sólo subían al cielo fumarolas de vapor inofensivas que le daban al entorno ese tibio aliento que hace brotar el amor por las madrugadas.

Luego, ante el religioso y profundo silencio del pueblo, la doncella regresó con el RUALDO posado sobre su hombro. Las tórridas emanaciones de fuego que brotaban del Volcán mientras él cantaba sin cesar, le secaron su voz para siempre. Ahora es mudo. No obstante, el intenso calor doró su plumaje dándole bellísimos colores. Él salió del cráter como un ave esmaltada en el horno preciso de un Joyero Celestial.

El RUALDO es de bellos colores y tonalidades rojas, celestes, verdes y amarillas. Es un príncipe mudo que ofrendó su mayor tesoro para que regresara la paz y la tranquilidad al pueblo de su entrañable amiga; la doncella indígena. RUALDO es como Chico Mendes, o como Jaime Bustamante, o como Chico Zúñiga o como Carmen Lira: ofrendaron lo más preciado – SU VIDA – por la paz y la felicidad del prójimo.

Por eso nosotros fundamos RUALDO…para ser esa VOZ de ESPERANZA por la VIDA, es decir, por la felicidad del Ser Humano y del Planeta que nos ofrendaron.

Memorias de un pobre diablo

Estas memorias para la inmortalidad

Claudio Monge Pereira

Dios ha sido muy bueno conmigo: me nació en Grecia, donde llaman el Alto del Conejo. Me puso a crecer en los Barrios del Sur, a donde iban a atracar sus barcos de miseria todos los Pobres Diablos expulsados del campo o de la propia ciudad indiferente. Me llevó a vivir a Rusia toda mi juventud temprana, donde me encontré con el poderoso fantasma de Máximo Gorki; ese gigante que me puso sus “Universidades” entre pecho y espalda. Luego me trajo de vuelta a Costa Rica transformado en educador de futuras generaciones de Maestros y Maestras. Me unió a una mujer herediana y me puso a vivir mi vida entre la plaza principal de San Isidro y la de Santo Domingo. La Universidad de Costa Rica me juntó con grandes Seres Humanos; entre ellos, don Isaac Felipe Azofeifa. Y fue don Isaac quien me llevó hasta las “Memorias de un pobre diablo”, del insigne Maestro; también domingueño de nacimiento, don Hernán Elizondo Arce. Mi suegra era Arce, de los Arces de Santo Domingo, por ello quien quita que mis hijos y nietos estén de alguna manera emparentados con don Hernán. Por ello afirmo desde el principio que Dios ha sido bueno conmigo. Pero quizá deba decir más bien, que el Padre ha sido más que bueno conmigo, porque el primer trabajo que me asignaron como estudiante de posgrado en Literatura, fue un estudio acerca de los Premios Nacionales “Aquileo Echeverría”, en el género de novela. Y da la casualidad que me dan a don Hernán Elizondo, con sus “Memorias de un pobre diablo”. Pero ¡qué va! Como me enseñó mi amado Maestro y amigo personal, don Fernando Centeno Güel, “las casualidades no existen… todo se mueve y se acomoda de ciertas maneras y formas, porque existe una Fuerza Poderosa que todo lo ordena para nuestro crecimiento: esa Fuerza es Dios”. Por eso, reitero, es que afirmo que esa Fuerza Poderosa ha sido muy buena conmigo: me llevó desde los barriales colorados del Alto del Conejo hasta el Callejón de la Puñalada en los Barrios del Sur de la capital, y luego hasta las estepas lejanas y extensas, y me trajo de vuelta como maestro. Hace dos años me puso en la ECR…justo para que conociera en persona a este gran maestro costarricense y pudiera hoy compartir con él y con todos Ustedes, esta breve memoria que reseño.

Y la obra de don Hernán me puso en apuros, como al repugnante supervisor escolar rural que corrió de la Escuela a la bella y angelical niña Cristina, lo pusieron los estudiantes solidarios que la defendieron; y esto de mi apuro se dio porque descubrí que la obra que se me asignó para estudiar no estaba disponible en ninguna parte, salvo un ya desvencijado ejemplar en la Biblioteca Nacional, que sólo prestaban en sala. Recorrí todas las compra ventas de libros usados y todo fue infructuoso. El buen señor del Erial me prometió ayuda y darle seguimiento a mi búsqueda. Mientras tanto, el profesor Jorge Blanco me prestó su ejemplar para fotocopiarlo, so pena de perder el curso si algo le pasaba al libro.

Cuando terminé la lectura, cosa que hice de un tirón porque me quedé pegado a ella como tío Conejo al muñeco de cera, me enamoré de la obra y de su autor. Por esta razón mi trabajo lo realicé con esmero y amor, de tal manera que por ahí dicidieron publicarlo en alguna revista.

Mucho tiempo después, el buen señor del ERIAL me llamó por teléfono, para darme la buena nueva de que ya me había conseguido un ejemplar de la obra. La recogí el mismo día y después de tantos años la conservo entre mis obras más preciadas.
Estamos frente a una obra inmortal, lo cual no se puede decir de toda obra literaria, y esto lo reafirman propios y extraños, porque aceptamos que ella toca las fibras más profundas de todo corazón verdaderamente humano. Uno puede decir que luego de su lectura no se puede seguir siendo la misma persona, porque toda la Humanidad que llevamos adentro se despierta y hace bullir en nosotros ese caldo donde se cultivan las semillas de la solidaridad, la militancia y los sueños aterrizados.

Esta es una obra magistral, escrita con amor, sapiencia y clase. Y es que así escriben por lo general aquellos que no se sienten escritores, aquellos que no frecuentan los olimpos de la literatura y que no se codean con los “grandes” de la pluma. Don Hernán escribe esta obra, como tal, en una carrera contra al tiempo, y al filo de que se cierre la puerta, la introduce en el famoso certamen para ser laureada y aclamada. Esto me hizo recordar lo que mi padre, zapatero como Calufa y su entrañable amigo, me contaba acerca de como Fallas escribía los libros de un solo tirón. Le daba el ramalazo, decía papá, y se ponía a escribir con dos dedos sobre aquella vieja máquina. Y ya no se detenía hasta finalizar. Así escribió “Mamita Yunai” en 20 dias, y las yemas de sus dedos tenían ampollas con sangre cuando decidió llevársela a Carmen Lira para que se la revisara. Sé que otros grandes Maestros del relato y de la narración han trabajado así y nos han heredado obras maravillosas…como esta de don Hernán. Obras que nacen como los Héroes y las Heroínas auténticas, para no morir jamás.

Para nosotros, la obra de don Hernán debe significar lo que para el pueblo ruso significa la obra de Máximo Gorki; o para los franceses la de Víctor Hugo, o Sábato para México, o Steimbeck para los estadounidenses, por solo citar algunos casos.
Y yo no deseo hoy citar pasajes de la obra de don Hernán, porque mi deseo es que todos los presentes la lean y la vivan en sus corazones. Este libro es una obra sociológica escrita con la tinta del Alma. Para mi gusto nunca debería estar por fuera de las lecturas obligatorias del Ministerio de Educación Pública. Nuestros estudiantes no verían tambalearse sus valores con facilidad, si su formación humanística se asentara en el estudio de “Memorias de un pobre diablo”, que como otras obras inmortales saben agarrar al lector de las venas y no dejarle pasar su sangre ya más de manera indiferente.

No puedo dejar de mencionar que esta novela de don Hernán Elizondo es un Gran Poema, repleto de bellas metáforas y de imágenes literarias, que bien podrían servir de ejemplo en las Escuelas de Literatura y en los Talleres Literarios, para deleite y aprendizaje de quien desee abocarse a la escritura buena, bella e inmortal. Decía un gran maestro argentino , que el Poeta es una pequeña metáfora de Dios, y yo me atrevo a afirmar que la obra de don Hernán es una Gran Metáfora del Padre. Porque aquello que se escribe para abonar dulces rebeldías y encaminar sueños de justicia y paz duradera, es ser eco y prolongación de ese Gran Lengua que es el Creador. Por ello relaciono la novela que hoy nos reúne con el magnífico Poema Pedagógico del ukraniano Antón Semiónovich Makárenko; o con su obra también monumental “Banderas en las Torres”, cuya profunda humanidad van por el mismo camino que nos señala nuestro querido escritor costarricense.

La obra que nos tiene aquí es un faro permanente, que nos llama desde su luz, a no dejar que nuestro ánimo decaiga ni nuestras convicciones mueran, porque la diferencia entre los personajes y la vida que don Hernán inmortaliza, quizá hoy no esté tan lejos de la que sobrellevan y sufren miles de compatriotas que ahora son explotados y explotadas de otras formas, más sutiles, pero igualmente inhumanas y crueles que aquellas de los pobres diablos de antaño. Ahora no son sólo los sabaneros o los pescadores de esa prodigiosa provincia, hoy son las mujeres y los jóvenes que trabajan por salarios de hambre como mucamas, peones jardineros, guardas, lavacarros, lleva palos de golf, y otros oficios de explotación creados por el burgués siempre avaro e indiferente ante la tragedia humana del hambre, el analfabetismo y la explotación. Es decir, frente a la gran miseria humana que depara el capital seco y frío de la maquinaria materialista.

Le pido al Buen Dios que me ha llevado por muchas partes y hoy me trajo hasta aquí, que le depare a don Hernán Elizondo Arce mucha salud y muchos años de vida humana y literaria; que lo lleve siempre por ese camino bueno estampando las huellas de sabiduría y bondad que ÉL le brindó y el Maestro supo trabajar y compartir.

Como Presidente de la ECR me honro, en nombre de todo su Consejo Editorial, su personal y su Gerencia General, por tener al escritor nacional Hernán Elizondo Arce, como uno de sus huéspedes más dilectos y del cual nos enorgullecemos. Hacemos nuestro trabajo para que muy pronto, las obras nuevas de nuestros Escritores Laureados, ni siquiera tengan que ir a dictamen; es decir, que ellas tengan ese privilegio ganado por la trayectoria, el significado y el prestigio de su autor. Me referí a Máximo Gorki, cuyo nombre era Alexéi Maxímochich. Su vida de pobre diablo lo iluminó para escoger como pseudónimo ese otro nombre. En lengua rusa Maxím significa máximo, y Gorki significa amargura; de tal suerte que su nombre literario es “Máxima Amargura”. Con esto el gran escritor quería ser el vocero de los humildes, los pobres y los desheredados de su tierra. ¡ Ojalá sepamos organizarnos para construir una Sociedad en la cual, los pobres diablos, sólo sean recuerdos que encontremos retratados en la Buena Literatura!

¡Gracias don Hernán…Usted es el Maestro y nosotros sus humildes estudiantes, y lo vemos y lo admiramos con el mismo amor con que aquel chiquillo, miraba y amaba a la Niña Cristina…que sabía enseñar y orientar con la dulzura y la sapiencia de los Escogidos!

San Isidro de Heredia, Casa MONHÉR, 30 de agosto de 2006

Los libros regresan editados a su creadores

¡BUENAS NOCHES!

Señora Ministra de Cultura y Juventud María Elena Carballo
Señor Ministro de Educación don Leonardo Garnier
Compañeras y Compañeros del Consejo Directivo de la ECR
Señora Gerente General de la ECR
Amigas Escritoras, amigos Escritores…Poetas
Señoras y Señores:

Acudimos hoy a este Acto formal de entrega de las obras publicadas por la ECR a sus propietarios, mujeres y hombres; jóvenes y adultos costarricenses y extranjeros de mérito especial, con la convicción de haber cumplido una bella y noble tarea encomendada a nosotros por Ustedes, y por la Ley de creación de esta Casa Editorial de nuestro Estado. Nos gusta nombrar este momento de devolución con el símil de cosecha, conscientes de que nuestro trabajo ha consistido en cuidar y acompañar con esmero lo que ustedes sembraron con inspiración, esfuerzo, entrega, sacrificio y abnegación.

Devolvemos a sus creadores y creadoras el fruto editado de las semillas seleccionadas, sabiendo que en esa tarea se concentraron esfuerzo y tesón, y por qué no, la valentía de ofrecerle a la Sociedad el trabajo que se desarrolla durante largas e interminables horas de preocupación y desvelo. Y cuando digo semillas seleccionadas, no me refiero a la inevitable tarea de evaluar las obras presentadas a la ECR para su consideración, sino a ese dilema que enfrentan las y los escritores de cualquier país a la hora de enviar su trabajo a consideración de otros; que teniendo el poder temporal de aceptar o rechazar, saben que ante todo se está ante la obligación de respetar profundamente ese esfuerzo individual, sincero y limpio.

Tenemos hoy una Editorial Costa Rica sólida en sus Principios, es decir, consciente y consolidada en el cumplimiento de su Misión y su Visión; ordenada y conocedora de sus virtudes y de sus debilidades, dirigida por un grupo de personas de excelente calidad humana, con conocimientos y experiencia en el trabajo de leer, escribir, editar, divulgar, enriquecer y organizar la producción literaria. El Consejo Directivo está conformado por personas que conocen no sólo el arduo oficio de escribir, sino, y esto es quizás lo más importante, la relevancia que para la Patria y su Sociedad reviste publicar obras de calidad en los diversos géneros de la literatura. Esto es una garantía y una ventaja para todos, y no sólo para la ECR como empresa estatal.

Hemos logrado superar momentos difíciles con valentía, dedicación y entusiasmo, porque amamos lo que se nos ha encomendado y porque creemos en el significado histórico de la labor que despliega esta Editorial, fundada hace casi medio siglo para el enriquecimiento cultural de nuestro pueblo. Cada una y uno de nosotros ha logrado comprender, que si bien ocupamos un lugar en el Consejo Directivo nombrados por una institución que cree en nuestras posibilidades, nos debemos a las y a los escritores y al público lector en lo fundamental. Es importante para mí, como Presidente del Consejo Directivo, resaltar que nadie entre sus integrantes recalca que representa a esta o aquella organización, sino más bien a la totalidad del mundo literario y lector. En ello estriba hoy el éxito creciente de la Editorial Nacional. Esto implica que estamos comprometidas y comprometidos para continuar esa labor de autoevaluación que deberá situarnos en la primera línea de la producción editorial: selección de las mejores obras, excelentes ediciones, acertada divulgación y mercadeo moderno e insertado dentro de las características del mundo actual. Con estas palabras agradezco y reconozco el trabajo que realizan mis compañeras y compañeros del Consejo, sin cuyos aportes estos logros que hoy presentamos no serían posibles. Y reconozco también el trabajo nuevo que realiza el Personal de la ECR, en todas sus esferas, y aplaudirles ese deseo de manifestar su entrega no sólo en el cumplimiento del Plan Anual Operativo, sino y aún más, en la entrega a las labores más allá de horarios y días de la semana estrictamente laboral. En la medida que todas y todos comprendamos que las paredes que conforman el edificio que nos alberga son transparentes, en esa misma medida sabremos que la luz que adentro se forje, irradiará los caminos de la Patria como lo soñaron los Fundadores de esta Casa. Esta es la mejor manera de agradecerles a ellos y a ellas su visión y su acertada lucha por el engrandecimiento de la cultura costarricense y la educación nacional.

El Consejo Directivo, por mi medio, agradece a todas y a todos los escritores nacionales y extranjeros que pensaron en nuestra Editorial para publicar sus obras; no sólo a quienes hoy tienen la satisfacción de recibirlas, sino también a aquellas y aquellos cuyos trabajos no fueron avalados todavía o fueron descartados para formar parte de nuestro catálogo. Felicitamos a las escritoras y a los escritores que merecieron algunos de los Premios Nacionales en su género, por medio de la obra publicada por la ECR, y también a quienes mereciéndolo, no lo recibieron. Destacamos nuestra congratulación para quienes hoy serán declarados ganadores de los diferentes premios que otorgamos anualmente; así como para quienes han obtenido reconocimientos internacionales gracias a la obra publicada por nosotros.

La Gerencia General se referirá en detalle a la cantidad y a las características de las obras publicadas durante este año que cerramos, tanto en su primera edición como en reediciones o reimpresiones. Ustedes podrán apreciar la belleza y la calidad en las ediciones, mismas que invitan a penetrar en su lectura y deleite.

Para concluir este mensaje retrocedo a su inicio, cuando les hablé de las obras salidas a luz pública como Fruto de las Semillas cosechadas, llamando su atención hacia el peligro que significan para la noble tarea de escribir para los demás, la implementación en nuestro país de leyes funestas que todo lo supeditan al libre mercado; o mejor sea expresado, al mercado neoliberal. Es un craso error creer que la cultura y la educación son nichos para enriquecer exclusivamente el capital de unos cuantos, y a la vez, empobrecer el legítimo derecho de las mayorías trabajadoras a su enriquecimiento espiritual, ético y educativo. Es menester aunar esfuerzos entre las y los creadores de obras literarias para que jamás se llegue a aplicar alguna especie de UNIÓN PARA LAS OBTENCIONES LITERARIAS (UPOL), lo cual por desdicha arrojaría, metafóricamente hablando, productos culturales “transgénicos” que avasallarían el fruto de la creación de las y de los Escritores. Sepamos, por la senda patriótica de los pioneros de la Editorial Costa Rica, defender y salvaguardar nuestro Patrimonio Cultural para el sustento de las presentes y de las futuras generaciones.

Concluyo este mensaje con la ayuda de Dios:

“¡Tu Palabra es una lámpara para mi pie,
y una Luz para mi vereda!”



¡Muchas gracias!

Claudio Monge Pereira

San Isidro de Heredia, 11 de diciembre de 2007-12-11
Casa MONHÉR.

Reseña bibliográfica: Cuentos con Alas y Luz de la Escritora ANI BRENES

Sobre Cuentos con alas y luz

Ilustraciones de Norma Hidalgo

“Cuentos con alas y luz”

¿Quién mejor que un niño para hablarnos de ángeles y estrellas? Y ¿quién más que una mariposa para enseñarnos a admirar muy de cerquita las maravillas que nos ofrece la Naturaleza en cada una de sus manifestaciones , para compartir y valorar el cambio mientras usamos nuestras propias alas?

Con los cuentos de este libro, siguiendo el sendero de las luciérnagas , podemos llevar, como lo menciona en la Presentación el poeta y escritor Claudio Monge Pereira, “luz a nuestras propias cuevas, movimiento a casas y aulas que se han petrificado en el paisaje, colores allá donde la sombra intenta perpetuarse”.

Como el viejito que contaba cuentos, los padres, abuelos y maestros podrán hacer derroche de sus talentos, desgranando para los más pequeños las narraciones presentes en esta obra.
Y los pequeños lectores… algunos podrán asomarse a la ventana de su imaginación para cambiarle el color al arcoiris; mientras otros, acompañarán a la luna al baile de disfraces, en una carroza de sonrisas.

Estoy segura de que juntos, podremos hacerle cosquillas a las estrellas en este viaje de palabras con alas y luz.

La autora.

Fragmento de su obra "Cuentos con alas y luz"

"Descubre lo maravilloso de volar libre como el viento, aprende a sonreír embelleciendo cada lugar por donde pasas. No te preocupes por el tiempo que dure tu vida, sino por lo que puedas hacer durante ella en beneficio de los demás. Y da gracias a quien te hizo mariposa y escribió en tu corazón las instrucciones que te harán saber, que el momento preciso ha llegado. Entonces conocerás la verdadera felicidad, la que se alcanza cuando cambias el miedo por el amor".

La mariposa sabia

miércoles, 6 de febrero de 2008

redimiendo una estrella en plena flor

Claudio Monge Pereira







Redimiendo
una estrella en plena flor















Ediciones Red de Sol

1997



























Para Clarise Lispector:
Entrañable amor desperdiciado
en plena luz.


































"Nada como pensar
en el perpetuo amor
que no fue aquél
ni ha sido éste
pero que será el siguiente,
el verdadero, el otro”

Miguel Barnet































“Has anulado en mí toda posibilidad de olvido
Me has enseñado a actuar
como si cada acto de mi vida
fuera el más trascendente, el último”.

Miguel Barnet










cero


Aquí están mis manos de terrario
esperando el arribo desbocado
de toda tu semilla.

Ahí estás,
semilla transitiva y pura
olfateando mis cinco puntos
cardinales.

Aquí estoy, hambriento
y de sed culminado
en el deseo.

Aquí están mis manos abonadas
ovacionadas por los retoños
que brotan en sus dedos.

Ahí estás,
latiendo en la punta
de tu quilla
y embistiendo las olas
de mi aliento.

Aquí estoy,
más atento que la flor
ante el perfume
de los vientos.

¡ Sólo no desmayés, amada estrella ¡

uno


Sabemos que estás entre los ángeles extraviados
buscando el camino de retorno a la alegría.
Sabemos que no te adaptás a tu nuevo papel
de soberana y reina de la transparencia.
Sabemos que eras reina antes de partir
para tan distantes e incoloras lejanías.
Sabemos que eras todo el mundo
navegando en un puñito de huesos olvidados.
Sabemos que eras dulce
como la caña de todas la zafras hermanadas.
Sabemos que eras tierna
igual que el más estúpido de los juncos estancados.
Sabemos que eras frágil
como la nube violada por el humo.
Sabemos que naciste en las mismas entrañas
del mismísimo berrido del agua.
Sabemos que eras niña y madre
de uvas maltratadas y fortuitas.
Sabemos que eras embriagadora
igual que una borrachera irresponsable.
Sabemos que eras arcoiris
de aguaceros escondidos.
Sabemos que eras tierra regada
y sin parir.
Sabemos que eras cama crujiendo
debajo de unos huesos atrasados.
Sabemos que eras el palacio
de las lluvias ateridas.
Sabemos que eras lágrima y antorcha
quemando la mejilla
de la más vital
de las ofensas.
Sabemos que ahora estás buscando el camino de regreso
hasta los brazos de tu viudo adolorido.
Sabemos que tu viudo
es el mundo mudo: mudo...mudo...mudo.


dos


Pero dónde está tu palabra
de almíbares ocultos y perfectos,
oh amiga de espacios segregados
por la ausencia ?

Decílo sin tapujos, como el viento
cuando tierno se restriega
contra el tiempo.

Sólo decílo a raudales,
como un tango que se desborda
de los labios de un borracho
enamorado y sólo.

Y después sentáte despacito
sobre la humanidad indiferente
y procurá que tus intimidades le lleguen
hasta el alma.

Más tarde,
por la noche,
juntos nos reiremos
a pesar de la oscuridad
y de los huesos rotos de la estrella.















tres


Tardaremos lo que dura el viaje
de un beso de los labios a la lengua
para recoger las trizas de la luz
que se ha partido contra el suelo.

Usaremos la más loca de las gomas
para restituir la identidad
a la estrella asesinada
de los sueños.

La pondremos a brillar
a punta de pulidores
comerciales.

La colocaremos de nuevo en el hoyo vacío
que en el cielo dejó su accidental caída.

Aspiraremos el aire tomados de la mano
y guardaremos las palabras
para el día de tu bautizo
en el firmamento
de la fama.

Cerraremos los ojos
para que el fulgor de tus pupilas
no opaque antes de tiempo
la gloria que te espera.
























“Mientras, tus árboles pequeños, amorosos,
acurrucaban al grillo.”


Miguel Barnet

















cuatro


Nadie querrá perderse tu presencia
de colibrí agigantado:

Todos querrán ser como una flor intacta
para abrirse de pétalos
ante el pico nacarado
de tu risa.

Todos querrán ser
tu copa.

Verás cómo los sueños
son verdades que germinan
inmediatamente después
de las caídas más violentas.

Y sentirás toda la dulzura de la miel
que en el panal del tiempo
te guardaban las hadas
del olvido.

Todos querrán ser tu copa
y a mí me sobrarán manos
para llevarla presuroso hasta tu boca.














cinco


Pequeño conejo entre lobos desatados
tus manos buscan un ramo de flores
para acribillar de pétalos
la piel del enemigo.

Los lobos se marcharán en desbandada
por no poder atravesar tu perfume
con sus desesperados dientes.

Sus garras sólo serán las yemas tiernas
de la anona ya madura.

Vos, sonriente,
atravesarás el bosque embravecido
hasta la cabaña tibia y transparente de la vida.

Yo, enamorado,
te estaré esperando
con las manos temblorosas
y los huesos redoblando desde adentro
la prevista victoria.



















seis


No extrañarás
para nada la soledad del cuarto
compartido, y aquellos olores sólo serán
los ramilletes transparentes del implacable olvido.

Seguirás tan buena como entonces, y yedra jovenzuela
subirás por el muro que opacaba tu gloria de manzana:
palmo a palmo recorrerás hasta la más diminuta de las grietas
para cubrir de verde y raíz el universo disfrazado de los tiempos.

Y velarás por nosotros,
por los siglos de los siglos,
amén.

































siete


Novia de todos los tiempos, serás irrepetible,
igual que los ríos que nunca quisieron salir de la montaña
y se quedaron para siempre anclados a su historia.

Macabea, hermosa como un ovillo de lana
en las manos de una abuela hacendosa
y dubitativa. Macabea, mil veces bella
como la flor que nace sobre la roca desértica
y no se amilana ante los vientos. Macabea,
total y blanca como una nube pasajera.
Macabea, irreversible como el cielo
de todos los anhelos enigmados.

Novia eterna de los desaparecidos:
Amor sin comenzar.

































Amada: no has querido plasmarte jamás
como lo ha pensado mi divino amor.


César Vallejo
















ocho


Eternidad de flor:
Reina de la noche.
Azalea compungida.
Clavel dormido.
Poma azucarada.
Margarita perentoria.
Rosa de los tiempos.
Cala fiestera.
Jazmín olvidadizo.
Violeta dormida.
Azahar metálico.
Ave del paraíso.
Gloxinia eterna.
Gladiola escalonada.
Crisantemo taciturno.
Bromelia empapada.
Guaria desvestida.
Verdolaga extendida.
Bastón sin emperador.
Girasol cosmopolita:
Macabea: Nomeolvides de mi alma.



















nueve


Vendrás en navidad a visitarnos
con tus altos tacones de escenario,
caminarás desnuda por mis calles
como la flor ofrendada de cientos
de carrozas barnizadas por la euforia.

Te estaré esperando en aquella canción
que conocías desde niña
y me cantaste el día
en que fuiste mía
para siempre.

No te dejaré partir después de esa jornada,
porque habrás sido como un pan tibio
recién horneado: tus olores habrán fundido
para entonces mi piel de navegante desplegado.

Te quedarás aferrada a mi ancla clavada
en tus aguas de quimera
y nadie te verá detrás
de tu sonrisa.

Y nunca dejarás que yo me duerma
en tu presencia.















diez


Me contarás los pormenores de tu viaje a las estrellas,
interrumpida sólo por la constancia de mis besos.

Yo te escucharé con todo menos con mis labios.

Embelesada hablarás mientras te beso.

Las palabras que te falten
estarán en mi garganta
y las tomarás a sorbos
como al agua
de los viajes.

Seré el asta para tu bandera redimida
en esta batalla del reencuentro.

Sólo vos habitarás mis venas,

Inocente Macabea:

Amor.














once


Saltando de beso en beso
recorriste mi caudal de tibias aguas:
¡ Y era tan dulce tu risa !

Brotabas de mi boca, liberada ya
de los sueños imposibles.

Fui tu libertad.

Por vez primera te vi dormir
alejada de fantasmas pendencieros.

Fue tan grande tu entrega
como mi recibimiento.

Te vi dormir de beso en beso:
¡ Y era tan dulce tu sueño ¡
































No te hagas la que está durmiendo,
recuerda de tu trovador;
que yo ya comprendo... comprendo
la humana ecuación de tu amor.

César Vallejo














doce


Mañana no saldrás de prisa.
Te quedarás entre mis brazos,
esperando que el sol dignifique
tus pezones florecidos por la noche
en el nutriente terruño de mi lengua.

La vieja jornada laboral será un recuerdo.

Tus pasos regresarán mansos y cordiales
hasta el marco de la puerta
que en cedro dulce
te talló mi mano.

Vendrás sonriente
como una alegría que recién comienza,
y llena de sorpresas
estampa sobre el aire
sus primeros pasos.

La oficina habrá muerto para siempre,
como la furtiva lágrima caída
que no conoce el camino
de regreso.
















trece


Subirás las gradas
como si fueran las costillas
que conducen a mi carne.

Nadie habrá visto semejante alegría
taconeándole a la vida.

Mi temor a que tu sonrisa
se vaya como una golondrina
habrá empezado.

¿ Quién en su cordura
no lucharía por detenerla ?




























catorce


Para cuando llegués,
mi pecho retumbará de la misma manera
que los poblados pobres
azotados por el terremoto.

Sólo alegrías pronunciará mi boca.

Serás recibida como la más opulenta de las alacenas.

Mi pobreza misionera se acercará a su fin.

Recuerdo será mi celibato:

El pan, contigo,
habrá llegado
para siempre.
























quince


Porque el amor transforma
cuando uno decidido
se mete en esas aguas
y las goza.

Porque esas aguas vivifican.

Porque se hace verdad la vida.

Porque somos uno y muchos
como el burití en el sertón.

Porque todo se hace obvio.

Porque con amor he decidido redimirte
y llenarte de fiesta la piel y la mañana;
para siempre, escarpín de terciopelo:
para siempre, y más allá aún
de ese lugar.


























Hasta cuándo estaremos esperando lo que
no se nos debe...


César Vallejo















dieciséis


La melancolía será amputada de tus pasos
por el hacha bisturí de mi arsenal azul,
para que llevés una carga menos
y una esperanza más.

La olvidarás rápidamente,
como los niños que por la tarde olvidan
las ofensas de la mañana y son felices.

Y ella no habitará más debajo de tu piel,
ni en el renovado laberinto de tu pensamiento:

Habrás aprendido a pensar por tu propia cuenta...

¡Serás mujer, al fin!

























diecisiete


Aprenderás a mostrar la señal de la victoria,

y se te dará tan suave ese aprendizaje
como un puño de nubes acumulando regocijo.

Te descargarás, según tu antojo,
sobre todas las cosas que se muevan,
y aún te quedarán fuerzas para todo lo demás.

Anegarás los ojos resecos de la historia
para que todos puedan ver por la pupila
tu innegable carrera afortunada
colocando su huella en la victoria.

Y no te detendrás jamás,
hasta llegar transitada y sudorosa
con la señal de la victoria al frente de tu cuerpo,
habitado ya por la repetición
inequívoca de mis huesos mis besos y mis sueños.





















Dieciocho


Dieciocho veces te diré te quiero,
con la misma dulzura con que se descubrió
la caña en los pueblos más amargos.

Verás que van mis labios a tu encuentro,
analfabetos de amargura y de lamento.

Y cuando me divisés seremos tres;
los mismos tres que descubrimos la noche
del encuentro.

La herencia será luchar contra toda la tristeza,
y nuestro fruto será el fruto de tu vientre
y de mis besos.



























Diecinueve


Le jugaremos una treta a la magia
que se pudre en los suburbios
y nos iremos sin pagarle sus monedas
de traición.

Nuestras risas atrapadas
por la libertad de los fantasmas
rebotarán contra los árboles silenciosos
de la inevitable descendencia.

Y no te morirás jamás,
porque mi amor de colibrí
te habrá depositado en el fondo
de la eterna flor de la verdad.
















Claudio Monge Pereira.
Setiembre 15, 1997.
San Isidro, Heredia, Casa MonHér.





















Dedicatoria:

A Macabea de nuevo:
¡ Muchas gracias por amarme así !






































“ Ya ve cómo han servido las palabras,
cómo el recuerdo cumple siempre su reclamo de poesía,
cómo usted ya no es un pobre diablo al que preocupan las rosas,
un pobre diablo que tuvo antaño un poco de corazón...”

Miguel Barnet











Índice :


Dedicatoria a Clarise Lispector

Reflexión de Miguel Barnet

Desde la raíz hasta el follaje, o lo que otros
llaman prólogo: Claudio Monge Pereira

“Has anulado en mí
toda posibilidad de olvido” :

Aquí están
Sabemos
Pero dónde está
Tardaremos

“Mientras tus árboles pequeños” :

Nadie querrá
Pequeño conejo
No extrañarás
Novia de todos los tiempos

“Amada:
no has querido plasmarte jamás...”

Eternidad de flor
Vendrás en navidad a visitarnos
Me contarás
Saltando de beso en beso

“No te hagas la que está durmiendo...”

Mañana no saldrás de prisa
Subirás las gradas
Para cuando llegués
Porque

“Hasta cuándo estaremos esperando...”

La melancolía
Aprenderás
Dieciocho veces
Le jugaremos

Dedicatoria a Macabea

Reflexión Final de Miguel Barnet